martes, 20 de diciembre de 2011

Nunca he sido paciente con nada... Y contigo me he transformado en una persona paciente.
Lejos mi paciencia se multiplica por mil, cerca se divide.
Intolerable, esto es intolerable, me repito.
Centrarse en ser paciente no hace que los resultados sean óptimos.
Puedo correr para verte y que tu me recibas en el mismo sitio...
Las luciérnagas azules me gustan y estoy cansada de ver luciérnagas amarillas revoloteando por mi cabeza...
La quieta calle que en el escobijo tuya es su vida, tuyo es su querer.
Que febril la mirada errante en la sombra te busca y te nombra.
Ai Mariconchi

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