Consecutivamente mis argumentos son excesivamente repetitivos, helados, elípticos, giran se mueven sin sentido, no llegan a converger en ningún momento de su existencia. Cuando cayó la noche, volví a caer en mi propio círculo vicioso... Reiterativamente me insinúo a mí misma, me desvelo inconscientemente, mientras mi consciencia me dice que siga con mi ironía, que siga el camino lo más ciega posible y sin llevar a mi perro guía. Y me pregunto, ¿podré encontrar el punto de luz en el laberinto sin llevar a mi perro? Si no veo, si palpo lo que me rodea, si sigo caminando a un paso minúsculo, si me guío por mis otros cinco sentidos, si me escondo de lo que me pueda retrasar la marcha...
Tú me espías, me miras, no me idolatras, no soy tú ama, si tu dueña. Quieres que sea tu dueña, yo no soy dueña de almas, yo no soy dueña de actos, yo no soy dueña de actitudes, yo no soy dueña de tí.
Yo soy mi dueña, yo soy la que manda y dirige mis actos, la dueña de mis respuestas, la dueña de mi inconsciencia, la dueña de mi realidad, la dueña de mis sueños, la dueña de mis virtudes y mis defectos. Mi dueña. Me guste más o menos, es, soy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario