Me recorre una sensación extraña.
Deseo, contradeseo, miedo, impulsos que se quedan siendo solo pensamientos pero no llegan a fluir libremente, se reprimen, hay tantas ganas de sacarlos y tanto temor a hacerlo…
Una vez existió algo que murió pero mientras exista su recuerdo perdurará en el corazón.
Yo elijo, decido y luego me tengo que conformar con algo que me gustaría que no fuese como es, sino como podría ser.
Impedimentos forzados e incluso propuestos por mí misma.
¡Qué idiotas!
Si te miro y me miras y notamos que queda algo vivo alguna fuerza quizás.
Si te miro y me miras y noto tu presencia casual y distintiva entre las demás presencias que me miran.
Si te miro y tú me miras, y no sé qué pensar, si me sigues odiando o si me echas de menos.
Si te miro y tú, tu miras lo noto.
Si tú me miras y yo te vuelvo a mirar, tentación fugaz de inconsciencia timidez e inocente intención.
Si nos miramos, algo que vivió, hoy vuelve a vivir, un comienzo y un final que cambiaron el cuento, que rotaron los cuerpos y sumergieron en el agua muchos momentos.
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