domingo, 7 de octubre de 2012

En un limbo cualquiera

Injusta,muy injusta es la circunstancia dada entre los dos frentes.
Un frente apoltronado sobre una alambrada llena de sangre, sangre que el mismo ha derramado con sus manos rotas. 

Otro frente deslizado sobre un suelo enjabonado, un jabón vertido sin su conformidad.
Frentes enfrentados sin nadie que se enfrente.

No se enfrentan en realidad, en realidad ni siquiera pueden enfrentarse.
Ni tienen permitido llegar a esos extremos, estás condenados, calurosamente condenados.

Con besos de condena, con lágrimas de derrota, con palabras de desconsuelo y miradas de agobio.
Condenados con puntos y comas, con montañas y llanuras, con llamadas y silencios, con olores y colores, con sonidos y acordes, con sueños y deseos, con melodías y estampas paisajísticas, con temblores y tiritones, con aromas de entretiempos, con decisiones sin decisiones, con saltos y despegues, con países enfrentados, con manos y con pies. 
Condenados.




Carmen