sábado, 22 de septiembre de 2012

Capítulo II

     Unas semanas fuera de Madrid, unas semanas y todo estaba de color de rosa: fiestas, alcohol, un trabajo, risas, gente nueva maravillosa, una buena convivencia con Jerry… Morgan se sentía neoyorquina. Jerry enamoradísimo de un italiano, Tono, con el que prácticamente sólo se entendía a besos, con el cual había fijado fecha de boda, era sorprendente, a Jerry no podía irle mejor. El trabajo de Morgan en el jardín de una señora muy pija le era suficiente para pagar las facturas y darse algún que otro capricho. Además allí conoció a Cincia, una chica que curiosamente fue novia de Tono, en su etapa bisexual. Morgan trabajaba de lunes a domingo, tres horas cada día, normalmente turno de mañana, con un descanso de treinta minutos en el que la señora la invitaba a te verde. Jerry sin embargo trabajaba en una cadena de comida basura… comida grasienta y de un aspecto no apetecible, y no gozaba de las mismas ventajas horarias, trabajaba, tardes o madrugadas infernales.

-Morgan: (llamando al timbre insistentemente) Abre, abre, ábreme. ¿Jerry? ¿Estás? Abre, abre, ¡Abreeee!

-Jerry: Joder yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

-Morgan: No sabes lo qué me ha pasado, ni te lo imaginas, vas a alucinar…

-Jerry: Suéltalo ya.

-Morgan: Sandra está en la ciudad, llegó hace dos días.

-Jerry: ¿qué hace aquí? ¿Y cómo que no te avisó?

-Morgan: Ains, no sé, no se… bueno que me voy a la ducha he quedado.

-Jerry: ¿te vas? Llevo esperándote toda la mañana, tengo que hablar contigo.
-Morgan: luego, que voy tarde.

-Jerry: ¿en serio? Es importante Morgan, cancela la quedada.

-Morgan: luego me lo cuentas, en serio, no puedo esperarme más, quedé para algo importante.

-Jerry: vale, perfecto, ala vete a tus cosas importantes.

Morgan sale del dormitorio, vestida de rojo, con tacones rojos, y labios rojos, no lleva bolso…
-Jerry: ¿Dónde vas así? Esto es tan importante que no puedes esperarme y hablar antes de irte así de puesta… Ea no contestes…

-Morgan: luego te cuento, no me agobies, voy supertarde Jerry, por favor te lo pido, adiós (portazo).
En la puerta del apartamento, un coche negro elegante, una mujer se baja y le abre la puerta, va vestida de rojo también, con los labios rojos, la ayuda a sentarse y a colocarse el vestido.

-Morgan: gracias Cincia tan amable como siempre, no sabes cómo se ha quedado Jerry, en serio, no le he dicho que venía contigo, sé que no lo puede soportar, pero claro es entendible, aunque pasen los años siempre serás la ex de su prometido…

-Cincia: yo lo único que quiero es que estén bien, me duele que no vaya a dejarme entrar en su vida, pero lo entiendo, aunque deberías decirle que nos vemos de una vez por todas, tendrá que entender que tú no tienes nada que ver en esa historia, que simplemente nos caemos bien y que trabajando juntas es normal, no es nada de raro…

-Morgan: pues sí, llevas razón, a parte no quiero mentirle, y ahora ya está bien aparquemos y disfrutemos de la noche. Por cierto una amiga mía de Madrid anda por aquí, me la encontré y quedé en llamarla, quizás se una. -Sandra, sí, por el local trece estamos, no… bueno sí un poco, vamos de rojo, noche roja, sí, (ríe) vale, prometido, genial… sí, treinta minutos verdaderos, hasta ahora.

-Cincia: ¿se une o qué?

-Morgan: sí, genial.

Pasada una hora en el local trece las tres están tomando copas y charlando.

-Morgan: ¡póngalo doble camarera! (ríe a carcajadas) venga Sandra me superas siempre, ¿cuántos llevas desde que estás aquí?  Cincia no se sorprenderá, su ex ahora se casa con Jerry, (ríe de manera insoportable), sí como oyes, la vida es rosa. (Ríe a carcajadas mientras saca las aceitunas con los dedos de su Martini nuevo, al cual ya ha dado un largo sorbo)

-Sandra: no creas… Uno. Pero confieso que le tengo echado el ojo a dos ya… (Ríe) los dos rubios, ojos claros, en fin ya sabes, (Ríe haciéndose la interesante) todo un clásico (Ríe), aunque reconoce que tienes ganas de unirte a ese tipo de clásico (ríe a carcajadas) el próximo rubio.

-Morgan: (Ríe tímida) ains… pues tengo un vecino engabardinado muy misterioso y como siempre lleva sombrero no sé si será clásico… (Ríe a carcajadas derramando la copa en el bolso chanel de Cincia) ¡Dios Cincia, sorry! (Sandra y ella se ríen)
-Cincia: joder Morgan con la…mira, mejor será que nos vayamos, es muy tarde, mañana trabajamos y mira cómo vas, está bien por hoy, vámonos.

-Sandra: ¿en serio? No puede ser Morgan, un rato más, es reunión de reencuentro, Cincia no lo entiendes, nos toca ponernos al día… (Pone la típica cara de pena que siempre logra convencer a Morgan)

-Morgan: lo siento Cincia, lleva razón, es puesta al día… espérate un poco más…

-Cincia: Morgan, estoy cansada, con el bolso empapado y no me apetece, te veo mañana, no olvides pedir un taxi, por cierto Sandra encantada… (Irónicamente).

Cincia sale del local enfadada, mientras ambas se quedan riendo con las copas en la mano. Las seis de la mañana y el local las invita a salir amablemente. Salen y piden un taxi, obviamente Sandra va a casa de Morgan a pasar la “noche”. Once de la mañana, sofá ocupado por Sandra dormida, Morgan en el sillón en ropa interior, olor a alcohol en la habitación, zapatos, bolsos, collares por el suelo, descontrol. Jerry aún no se ha levantado, por suerte. Suena el despertador de Morgan.

-Morgan: Joder, asco de resaca, no quiero trabajar, no quiero, no quiero. Sandra despierta, no quiero trabajar, ve tú…

-Sandra: (medio dormida) mm… venga, me levanto, me voy ya también, café por favor.

-Jerry: Buenos (olisqueando) y alcohólicos días…. ¿Qué tal Sandra? Bien veo, como oléis a alcohol… bueno, Morgan, lo de ayer, te lo digo ya, que no aguanto más, además así te espabilas, verás… a ver… mira es que… pues, que me voy de casa, te lo quise decir ayer, pero habías quedado… además dicho así es menos dramático.

-Morgan ¿Cómooooo? ¿Qué dices Jerry? ¿Por qué? No me lo creo…

-Jerry: (saca unas llaves del bolsillo) me voy a vivir con Tono, me las dio ayer… (Sonriente)

-Morgan: jo… (Empieza a llorar) Pero, si aun no estás casado… Jo (Jerry la abraza) qué hago yo sin ti… aquí sola, jo… no quiero… Jerry… (Abrazados)

-Jerry: tonta, no llores que me haces llorar, Morgan, es mi hombre, me ha llegado el momento del amor… sabes que estaremos juntos, además vivo a dos manzanas…siempre podemos visitarnos… Soy muy feliz contigo, pero quiero levantarme desnudo por la casa viendo su alegría colgante… (Ríe a carcajada) entiéndeme… que me prepare el desayuno algún día, me haga la cena, se duche conmigo… (Suspira enamorado)

-Morgan: ains, me alegro, pero… (Sigue emocionada) que mal… osea, que bien, que bonito, que tierno, que ilusión, que… que… pero… ains y yo sola… Si es que los hombres importantes se alejan de mi vida Jerry…

-Sandra: ¡Morgan! ¡Para! Pobre Jerry, no empieces eh, que algunos se alejan porque tú quieres… así que no se me seas ¡eh!

-Morgan: bueno, (entre sollozos) voy a ducharme y vestirme que voy tarde, Sandra hablamos luego, y tú… pues que sepas que al menos despedida de vivir juntos, habrá que hacer…of course ¿no? Que te quiero…

-Jerry: que sí nena… y yo sí que te quiero y mucho. Venga a la ducha (le da un palmetazo en el cachete) que no llegas. Te acompaño a la puerta Sandra, ya nos vemos bombón.